HEMOS SIDO VIOLADAS

Zeudy Acosta Paredes / @zeudyacosta

María Teresa, 25 años, Chile; Eloísa, 32, Colombia; Matilde, 18, Argentina; Carmen Luísa, 45, Venezuela… Rosario, España… Brasil, Portugal, México, África….Ácido en el rostro, mutilaciones, violaciones múltiples, muerte… La víctima común, una mujer, una niña.

Así como reza «cuando se tiene un hijo, se tiene a todos los hijos del mundo», cuando una mujer es violada, nos han violado a todas. Cada mujer debería sentirse ultrajada. No importa si la conoces, si es familia, compatriota, debe moverte por dentro. La solidaridad, la empatía y la frustración, la impotencia, el dolor que representa un acto tan cruel como ese, no nos puede ser indiferente.

un acto inhumano, ejecutado sólo por una bestia. Y ese animal, debe ser castigado. Debe ser juzgado y sentenciado.

Pero no sólo de la boca para afuera, diciendo o pensando que es lamentable, que es un hecho atroz; es alzar la voz, hacer viral nuestra inconformidad, hacer viral el rechazo a la impunidad con la que se conducen muchos casos. No es preciso ser feminista, feminazi, militar en colectivos, organizaciones, sino ser mujer, cuyo motor sea el de oponerse de viva voz a estos despreciables eventos. Para eso sí que sirven las redes sociales, o cualquier otro mecanismo que permita expresar nuestra inconformidad, en especial, cuando quien impide expiar la culpa es también una mujer.

Si bien es indistinto el término jurídico que se le imprima, en el entender del caso, basta con el simple acto de obligar a una persona a tener sexo sin su consentimiento, indistintamente de su religión, raza, nacionalidad, edad; es por demás un acto inhumano, ejecutado sólo por una bestia. Y ese animal, debe ser castigado. Debe ser juzgado y sentenciado.

La manera en que legal o judicialmente se le llame en Venezuela o Argentina, o donde ocurra, en estos momentos, no tiene peso, al menos para mí. El término, aunque funcione para el litigio y establecer condenas (donde sí ocurren y no son absueltos los criminales) para la víctima y para todas las mujeres que nos solidarizamos con ella, es VIOLACIÓN, simple y pura… No se le puede llamar y definir de otra manera.

No es preciso ser feminista, feminazi, militar en colectivos, organizaciones, sino ser mujer

En muchas sociedades, las agresiones contra las mujeres son una constante, un tema cotidiano. “Es que iba vestida con poca ropa”, “Estaba provocando”, “Quién la manda a salir sola en la noche”, “Se emborrachó y no se resistió”. Aquello de que el fin justifica los medios, o las formas. Excusas, justificaciones para cometer un delito abominable.

Que no se nos vuelva costumbre. El tema de la venezolana en Argentina, sin restarle méritos, está por debajo de realidades que no son públicas y mucho menos se convierten en virales en Twitter, Instagram o TikTok. Es imperativo que las instituciones, en cualquier país que se precie de defender los derechos humanos, castigue con el peso de la ley, actos como el que hoy nos ocupa y preocupa. Que no se esfume en la cotidianidad, en el día a día.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s