
Dante Garnique / @dantegarnique
En febrero de 2019, Venezuela se convirtió en tendencia. ¿Por qué? El 22 de ese mes tuvo lugar un espectáculo musical comparable con la inauguración de unas olimpíadas, un mundial de fútbol, o el Súper Tazón. Ese espectáculo se llamó: “VENEZUELA AID LIVE”.
Durante la semana siguiente al megaconcierto, Venezuela estuvo “de moda”; mientras la quema y destrucción de comida, y el cierre de la frontera colombo-venezolana, fueron el marco noticioso de la llegada a la presidencia de Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez.
Megaconcierto, medicinas y alimentos quemados, un presidente interino y, desde el 3 de marzo hasta entrado abril, la interrupción del servicio eléctrico, hicieron populares a muchas primeras páginas de medios tradicionales y digitales que hablaban de los más recientes acontecimientos en Venezuela. En algunos medios, incluso, se podía leer en sus ante títulos y sumarios, cosas como: “… ¿y cómo se relaciona (la noticia de apertura) con el caso venezolano?”. Una referencia hecha como señuelo para captar lectores, dadodque a en realidad, nada sobre Venezuela se ofrecía en el texto.
Veamos, Venezuela fue durante más de 40 años, el paraíso de los emigrantes. Chinos, japoneses, sirios, libaneses, portugueses, italianos, españoles, peruanos, chilenos, colombianos y checos, por mencionar sólo algunas nacionalidades, aquí encontraron una tierra adoptiva, tan o más generosa que su patria de origen. Muchas fortunas se amasaron a fuerza de trabajo honesto y constante y los inmigrantes eran tenidos como iguales por parte de los nacionales.
Partiendo de ese hecho, cualquiera se imaginaría que Venezuela es ampliamente conocida en gran parte de Europa y algunas zonas de Asia, pero no es así. En casi ningún país del mundo se sabe que Venezuela vive desde hace 20 años, bajo una dictadura quizás inédita en la historia.
…uno de los fenómenos políticos más perversos que ha vivido la humanidad en el presente y: el NARCOCHAVISMO NEOFASCISTA.
Las consecuencias de lo hasta aquí expuesto son, de un lado, un desconocimiento casi absoluto de la tragedia venezolana a los ojos de la opinión públi loca internacional, y del otro, el falso supuesto de que el problema en Venezuela es de desabastecimiento, servicios e infraestructura o electoral.
Al mundo no le queda claro aún, qué ocurre en Venezuela. Pocos se imaginan que lo que aquí existe, es uno de los fenómenos políticos más perversos que ha vivido la humanidad en el presente siglo: el NARCOCHAVISMO NEOFASCISTA.
El señalamiento viene a colación, ya que si se desconoce a lo que se le hace frente, se desconoce también cómo luchar en su contra. Ese desconocimiento no es casual; de eso se ha encargado el aparato ideológico del régimen, de desinformar, de falsear la realidad, de ocultar, de construir falsas apariencias.
De manera que, lo que sufre Venezuela desde hace 20 años es un régimen equiparable al nacionalsocialismo. El chavismo es aún más duro que el nazismo, ya lo dirán los historiadores en su momento. Veinte años de exterminio sistemático son un hecho histórico.

En Venezuela no existen instituciones, en Venezuela la gente está pasando hambre, la gente está desnutrida, las escuelas y las universidades funcionan sólo en el papel, los niños mueren por decenas en las maternidades a tan sólo horas de nacidos, las parturientas se desangran por la falta de insumos para su debida atención. Los adolescentes se prostituyen y aprenden a delinquir para sobrevivir.
La interrupción del servicio eléctrico que se convirtió, junto con el megaconcierto, en el detonante del apogeo noticioso del caso venezolano, es de lo mejor que le ha podido ocurrir al pueblo de Venezuela, si a eso se le compara con 20 años de genocidio. La escasez programada es considerada crimen de lesa humanidad. No es el primer caso de la historia, Ucrania, los ucranianos y los foros internacionales abocados a la defensa de los derechos humanos, entienden de eso.
Las sutilezas diplomáticas no aplican en el caso venezolano. Al terrorismo de Estado no le hacen mella las presiones mediáticas. Las grandes concentraciones de ciudadanos son un caldo de cultivo para la violencia civil, tan anhelada por el régimen y sus aliados internos. Las bandas armadas (conocidas como colectivos) recorren las calles del País, provocando a la población hambrienta y desesperada. El caos es la carta que se juega el régimen en la actualidad.
El argumento muy conocido, según el cual los tiempos de la política no coinciden con los tiempos cronológicos, vendría un poco a desfase, teniendo en cuenta que estamos hablando de 20 años de neofascismo, 20 años.
Venezuela sufre de hambre de información, el mundo padece hambre de información de lo que ocurre en el país. Si algún poder tenemos en nuestras manos, es el de informar, el de comunicar, el de desmentir al régimen, el de desnudar al Cártel que ha destruido uno de los países más ricos en la historia de la humanidad. La riqueza venezolana es inconmensurable; Emiratos Árabes Unidos, Canadá, Irán, Irak o Kuwait, son pequeñas economías, teniendo como referencia la riqueza producida por el petróleo venezolano durante 70 años.
La noticia hoy, abril 2019, es la pretendida inhabilitación política del único líder legítimo que se ha posado gallardamente en afrenta principesca delante de ese monstruo inenarrable que es el chavismo neofascista.
Una información, demasiado rebuscada, muy de laboratorio, que a fin de cuentas no es más que otra gran trastada del régimen para distraer la atención y ganar tiempo en el poder, que es lo que necesita: tiempo en el poder. Mientras tenga eso, tiene todo lo que le nutre.

Cada campaña por la liberación de “Perico de los Palotes” (preso político n° x), “Medicinas para Elena”, “Fuera el Socialismo”, “Todos a la Calle”, etc, etc, distinta a la extirpación del neofascismo, es una batalla ganada por el Cártel.
…No existe ninguna salida institucional para el problema venezolano. La salida para Venezuela es la refundación. Para que ello se concrete, debe existir voluntad.
Es que causa vértigo el debate, 20 años más tarde: “¿… se debe aplicar el articulo “X” o el artículo “Y” …?” En Venezuela NO EXISTE UNA CONSTITUCIÓN, en base a la cual actuar para erradicar al neofascismo. Esa tarea se debe emprender sobre la base de algo muy sencillo: VOLUNTAD POLÍTICA, que es lo único que le da forma a las sociedades modernas.
Las leyes y las constituciones resultan del acuerdo social, no lo contrario. La institucionalidad en Venezuela ha sido devastada a lo largo de 20 años. Nada de lo que hoy existe en Venezuela, existe legítimamente. Todo lo que existe es por voluntad y a la medida de los intereses del régimen.
No existe ninguna salida institucional para el problema venezolano. La salida para Venezuela es la refundación. Para que ello se concrete, debe existir voluntad. Ya se ha hecho evidente que existe la voluntad de desalojar a la dictadura, lo que no queda claro todavía es quien puede y tiene interés en hacerlo y el modo de hacerlo (artículo X o artículo y).
¿Este año o el siguiente? ¿Solos o con ayuda internacional? ¿Serían peores las consecuencias que el problema en sí mismo?, se preguntan a través de las redes quienes juegan a la continuidad del CHAVISMO en el poder; se preguntan quienes viven del Cártel. ¿Quién pondría los muertos si hubiese una acción policial con respaldo internacional que capturase a los capos del Cártel de los Soles?
Lo hacen con aires de ingenuidad para captar la atención del pueblo distraído, ocupado en su afán por matar el hambre. Muertos es lo que sobra en estos 20 años de Narcochavismo. Los muertos los ha puesto el pueblo venezolano durante más de tres lustros, los han puesto las madres venezolanas, las viudas venezolanas, los huérfanos venezolanos.
…La gravedad de Venezuela es comparable con la de un órgano gangrenado, una persona cianótica o una metástasis generalizada.
El neofascismo ha sido tan eficiente en el ejercicio de su función, que después de 20 años, aún domina de manera impecable, basta con observar el modo de actuar de la oposición orgánica, esa que lleva 20 años cohabitando con la mafia.
En Venezuela existe, una extraña relación entre el poder y la oposición que según algunos analistas se explica mediante la comprensión del trabajo del G2 a lo largo de la dictadura. Incluso, desde que Chávez era un raso. La gravedad de Venezuela es comparable con la de un órgano gangrenado, una persona cianótica o una metástasis generalizada. En todos los casos, la respuesta debe ser contundente y en la mayoría de ellos, heterodoxa.
¿Qué frena a la voluntad política?, la voluntad política. Desde enero de 2019, ha emergido un liderazgo que hace todo lo posible por desmarcarse de la oposición hermana del régimen.
Cada nuevo día en el poder, es el resultado de la voluntad del poderoso y sus aliados. La deposición del poderoso depende de la voluntad del otro, de su estrategia y de su capacidad para ejecutarla. Esa pugna (por el poder) se hace pública hoy día, través de las redes, en la antigüedad se hacía a través de pasquines y medios impresos o radioeléctricos.
Escudriñando un poco ese debate, nos encontramos con una Venezuela dividida en cinco bandos: La dictadura neofascista, una oposición contemporánea con el régimen, un liderazgo emergente surgido en enero de 2019, una intelectualidad digital, y el pueblo. La existencia de la dictadura es el centro de todo este debate. La oposición a esta surgió junto con ella y han coexistido durante 20 años; y desde Enero del 2019, ha emergido un liderazgo que hace todo lo posible por desmarcarse de la oposición hermana del régimen.

Producto de la modernidad, existe también, una intelectualidad digital, que canaliza el debate. Este es un espacio con un número de parcelas aún en definición; mientras en la parte más baja de toda esta estructura de poder, se encuentra EL PUEBLO VENEZOLANO.
El sector digital canaliza el debate y promueve puntos de vista, posibles soluciones y tendencias; pero promueve también, la continuidad del chavismo en el poder, descalificando cualquier propuesta en contra del régimen.
Después de casi un cuarto de siglo, en términos de lo que aquí se trata, sólo han surgido dos cosas nuevas: un liderazgo en potencia y una propuesta de cooperación internacional para erradicar al neofascismo. Ambos frentes son en este momento los objetivos más atacados por la intelectualidad digital profascista venezolana, alguna razón habrá de existir.
Durante lo que va del siglo XXI, el narcochavismo neofascista, el régimen narcomilitar ha alcanzado algunos objetivos estratégicos con el propósito de asegurar su permanencia en el poder: Más de tres millones cuatrocientos mil desplazados, ruinas institucionales (la empresa petrolera más poderosa del mundo destruida), existencia de dos foros legislativos y dos instancias ejecutivas que confunden y desorientan a potenciales aliados internacionales, terrorismo de Estado, crímenes de lesa humanidad (exterminio de una población mediante la escasez programada), desarticulación y destrucción de toda la infraestructura física (sanitaria, educativa, de transporte), Fuerza Armada Nacional fragmentada, entre otros.
¿Qué es entonces Venezuela, sólo un interesante caso de estudio para la historia?
Martes 09/04/2019