Dante Garnique / @dantegarnique
Si Tarantín fuera andín . . .y Sharon Tate de los llanos, a Juan Carlos Sosa Azpurua ya lo hubiesen clonado . . .
Érase una vez en Venezuela.
Los gobiernos pasan pero Lila queda. Desde López Contreras hasta Guaidó, las únicas coherencias criollas han sido Lila Morillo, la maracucha de oro, la única posible estrella “extra” del pabellón nacional, sin baranda y María Cristina, quien todavía me quiere gobernar, pero que a Ramos ni a Alvarado les conviene.
Nos han dejado Cabrujas, Simón, Cruz Diez, La Flaca, Amador, Zapata, Celia, que no era nuestra, pero antes que la Tañón, nos traía “azucaaa” casi todos los sábados. Nos dejó Susana. Luis Mariano. Jesús Rosas Marcano y El Manduco; pero Lila queda.
¿Quiénes protagonizarían una versión criolla de “Érase una vez en El Country”? ¿Será que hay candidatos a la altura? No se sabe, pero el Moñongo lo hubiese podido interpretar Hilda, azul, pero no tan buena, como Lila.
Lupita, con su vestidito verde, quien todavía anda por allí y nos alegra, habría podido interpretar a Sharon Tate.
¿Quién sería Charles Manson y quién Bruce Lee?
Los gobiernos pasan, pero Lila queda. En la versión de Taratín, Lila descendería de un cocotero, ataviada de Moñongo puro, con Kevin Costner cuidándole las espaldas y hubiese sido recibida en El Pez que Fuma, por América Alonso, con temas del Musiquito al fondo. Amador Bendayán habría sido el anfitrión. El motivo principal del decorado hubiese sido el Pavo Real, ¡obvio! y el ópenning hubiese sido interpretado por Estefanía Gallardo, Lucha Briceño y Chepe Orellana, quien sí habría ganado las elecciones y estuviese negociando con Al Pacino.
Del Hollywood de los 60s sólo queda el recuerdo de la muerte de Chávez, ¡qué recuerdos!
Pero hoy la realidad es otra, ahora es Trump, ya no están ni Kristina Onasis ni la Callas, sino la Kirchner y Flores de Tintorería.
De cierto modo, me faltó rojo y me sobró un control remoto en manos de Dakota Fanning, pero es siempre cuestión de perspectivas y fueron apenas tres horas, aunque hay quienes dicen que ya van 20 años, sin contar, claro, los que faltan, que con el favor de Guaidó serán muchos más.
Lo cierto es que hubiese sido un absoluto fracaso por kitsch, misma razón por lo que luce atractiva la versión original. Y es que así somos, podemos alabar la nostálgica cursilería de una etapa de la Industrial del celuloide, al mismo tiempo que menospreciamos las influencias de Adita Riera y Eva Blanco en la forma de ser de nuestras madres. Pero Material, hay de sobra. Esas fotos que circulan sobre Isabel Segunda teniendo orgías con los anunakis, son una cortina de humo para que el mundo se olvide de quiénes son las verdaderos reinas, quiénes le enseñaron el Efectus Patronus a Dumbledor cuando era chiquito: Lila Morillo y Lupita Ferrer.
Todo ese culto al ARCOIRIS y René Zellzweger y su boquita como culito e’ gallina y La Garland, ¿no podría ser al Moñongo, o al Cocotero y a Lila y a su cortesito de Princesa Goajira?. Así como Louis Vuiton es sinónimo de arribismo, así consumimos cualquier cliché bien comercializado. Ojalá Lila aguante, aunque Lanz Intelectualidad Venezolana es mas del tipo “El Putin Necesario”
Domingo 13.10.2019
A Lila.