Zeudy Acosta Paredes / @zeudyacosta
Hace días que respirar bien me cuesta. Me siento como ahogada, falta de ese aire que completa a los pulmones en una respiración profunda. Veo al país donde vivo (Portugal) y me asfixio, al mundo y me ahogo, veo a Venezuela y colapso.
Sentir que, cuando parece que ya no hay más espacio para la maldad, la crueldad, aparecen otros indicios, otros síntomas. Parecían insuficientes las penurias que se vienen atravesando, y aparece el COVID-19. Hay países con cierta disposición o preparación, y aún así, el número de casos y fallecidos supera la credulidad. A veces no quisiera saber las cifras reales en Venezuela, esas que desde la ciencia y con cálculos avalados por estudios reales podrían revelarse. Eso me ahoga. Una simple ecuación: casos + paupérrimo sistema de salud.
Siento un ahogo por impotencia, por dolor, por eso que ahora encaja perfecto en este desdén, la frustrachera. Cuando desdibujas la crisis venezolana, aún consciente de quiénes son los criminales, los maladros, los esbirros, los torturadores, racionalmente no logro comprender qué nos pasó.
Siento ahogo, por la burla del régimen, de sus seguidores; a esos que nadie les paga necesariamente para sentir repulsión por sus propios hermanos venezolanos. Como cuando al lanzarse al Guaire para salvarse de la represión, se dijo «mezclar mierda con mierda, es lo justo».
Antes hubo gobiernos represores, pero al menos lo disimulaban. Esta gente nos odia, y lo dice en cadena nacional. Odia incluso al pueblo que cree en ellos, en sus mentiras, que termina justificando su crueldad, su egoísmo. Que termina pasándole la mano por la cabeza a sus «líderes» de pacotilla, porque creen que el imperio estadounidense es el culpable – entre tantos males-, de que no haya gasolina en el país, y que el precio del petróleo se ubique justo en el lugar de donde lo extraen, pero convenientemente se olvidan que las refinerías El Palito, Cardón y Amuay dejaron de funcionar porque el narcoestado tiene manos de estómago. Leí que eso seguramente no debe importarles porque para ello exportan cocaína, y no lo pongo en duda.
¿Ya vieron los videos de los motorizados en Caracas intentando echarle gasolina a sus máquinas? Parecían la manada de ñus que embistió a Mufasa, pero con una furia incapaz de nada, porque son también parte de la narco dictadura. Esos jamás «prenderán el peo». ¿Qué pensaría CAP en un momento como éste? «El gocho fue un bebé en panales comparado con estos tiranos y bandidos
Aplaudamos a Maduro porque tomó medidas a tiempo. Sí claro, sobre todo porque la manera de descartar contagios es con una encuesta que lideran los médicos cubanos. «Si usted cree que tiene riesgos, vaya a hacerse el test incómodo». Hay gente en la calle como un día normal para la Venezuela de Chávez y Maduro, en colas interminables para abastecerse de gasolina o comida, y en otros extremos haciendo hasta reuniones y fiestas, ¿creen que irán voluntariamente a hacerse una prueba?
Hay gente cuya prioridad es encontrar que el dinero les alcance para llevar comida a las mesas, que a veces pierde los alimentos y las esperanzas, porque pasan días sin luz. Otros que no encuentran gas, que olvidaron la última vez que el agua salió por el grifo. Hay gente que no sabe si está presentando los síntomas del Coronavirus, o está somatizando la penuria del abandono. En efecto, la cadena de cuarentena se fracturó, se han registrado saqueos, porque hay hambre.
Por sí no fuese suficiente, luego de 40 días de confinamiento, Venezuela es escenario de hechos lamentables, con el registro de atroces asesinatos entre familiares por agua, el incremento de feminicidios; han lanzado a personas desde lo alto de edificios, y ante la mirada perpleja de la policía, la delincuencia -valga la redundancia-, anda campante.
Si desde afuera la impotencia y la frustrachera a veces no nos abandona, me cuesta imaginar cómo sobreviven quienes permanecen en el país, enfrentando la pandemia, y las decepciones propias de la situación económica y social reinante. Respira hondo Venezuela, respira.
Una vez más se confirma chachi eres inimitable tu forma de escribir que transporta es una mezcla de sentimientos difícil de explicar. Simplemente libertador tu forma de escribir
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